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sábado, 26 de marzo de 2016

Zafiro: Capítulo 19

¡Hola, viajer@s!
It's been a long day, without you my friend~  (referencia a la letra de See You Again de Wiz Khalifa)
¡Os he echado de menos! Siento haber estado inactiva durante tantísimo tiempo de verdad. Pero no me gusta llamarlo "abandonar" el blog. No lo he abandonado, ni lo voy a hacer. Como he dicho ya centenares de veces, tengo intenciones de seguir con el blog hasta el final.
Es simplemente que me he visto con menos tiempo del que esperaba. He aprovechado las vacaciones de Pascuas para actualizar. Sé que no existe compensación posible, peor bueno, esta vez el episodio es más largo. Quiero avisaros que es poco probable que pueda estar mucho con el blog hasta bien entrado Junio. Voy a estar algo ocupada con los estudios. Adoro escribir pero necesito todas mis fuerzas para sacarlos adelante, espero que lo entendáis. No voy a tener más vacaciones "largas" por eso digo que es muy poco probable que actualice hasta Junio. Pero no estoy abandonando el blog, repito.
Por cierto, he visto que hemos llegado a los 1000 MeGustas en Facebook y que el blog ya tiene 80 seguidores!!! ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS DE VERDAD! Es increíble. Quiero decir, puede que llegue a los 5/6 meses de inactividad del blog, pero aún así habéis seguido aquí apoyándolo y dándole cariño. Sois increíbles de verdad. Los mejores. Os adoro.
Ya sabéis que siempre me leo vuestros comentarios y os contesto siempre que puedo. En cuanto cuelgue este capítulo os leo y respondo a todos, palabra.
Tenía tantas cosas por decir que no sé si me dejo algo :')
Bueno, nada más de momento. Aquí os dejo el capítulo 19.
Espero que lo disfrutéis, y no dudéis en comentar :D
(P.D: No se me ocurría qué imagen poner, así que os dejo la imagen que utilicé en la cabecera, con el link al autor de esta obra tan bonita. La verdad es que se parece mucho al Gideon que yo me había imaginado, por eso la escogí de entre los muchos fanarts que hay. Dadle apoyo al autor y hacedle saber cuánto os gusta su dibujo. Pero por favor, no escribáis comentarios odiosos y desmoralizadores. Sed respetuosos).

Me temblaban tanto las manos que tuve que tomarme una tila. Pero tuvo un efecto enorme en mí. Simplemente con decir que un segundo estaba hirviendo los espaguetis y al otro estaba cerca de hervir mi cara junto con los espaguetis. Tuve que tomarme un café. Y, creedme cuando os digo que esa no es en absoluto una buena combinación. Oh, no. Pero al menos sirvió para que pudiese hacer espaguetis para tres en un tiempo record.
Cuando terminamos de cenar me despedí de Charlotte con un beso en la mejilla, como hacía siempre. Ya lo había cogido como costumbre.
Por la mañana Raphael parecía muy animado y ansioso de ir a la escuela, algo que jamás en la historia de la humanidad había pasado.
¾ Te han prometido golosinas si vas a la escuela, ¿o qué? Estás demasiado contento para ser un día laborable ¾me atreví a preguntarle a mí hermano.
¾ ¿Qué? Por Dios, ni que fuera un crío al que es fácil manejar ¾se defendió. Pero enseguida se olvidó de mi ataque y sonrió de oreja a oreja¾. Es solo que… Tengo la sensación de que mi estancia aquí no va a ser para nada desagradable.
¾¿Quiero saber por qué? ¾dije extrañado, sin saber con certeza si realmente quería saber porqué a mí hermano le había gustado aquel lugar o no.
¾ Digamos que todo es gracias a cierta rubia alocada.
Su tono y su sonrisa pusieron mis sentidos paternales alerta. Parece que Raphael ya ha encontrado una chica con la que entretenerse. Y creo tener una vaga idea de quién es la “afortunada”.
Cuando se hubo marchado, le estuve dando vueltas al episodio de ayer por la noche. Quizá sería mejor evitar entrar en iglesias acompañado de Gwendolyn. ¿Realmente quería evitarlo? Para nada. ¿Debía hacerlo? Desde luego eso era lo correcto.
Y luego, mientras me daba un paseo por el mundo de los recuerdos, mi mente sacó a la luz un fragmento de recuerdo que correspondía a aquel mismo episodio en la iglesia. Aun que más bien era el fragmento de una conversación.
Cuando su voz sonó dentro de mi cabeza me estremecí.
<<Puedo ver fantasmas ¾confesó vacilante¾. Gente que ya no está entre nosotros>>.
La dulce voz de Gwendolyn rebotó en las paredes de mi cráneo. Casi daba la sensación de que estuviese burlándose de mí, de mi ignorancia.
Mi corazón dio un vuelco cuando me di cuenta de lo que esas palabras significaban. No literalmente, sino el hecho de que las haya escuchado. Gwendolyn había confiado en mí, y me había abierto su corazón de par en par.
Una sensación de felicidad floreció en mi pecho. ¿Desde cuándo me había convertido en un estúpido cursi?
***
Me negué en rotundo a que madame Rossini se encargase de mi vestuario. Tenía una imagen que mantener, incluso 200 años atrás. Así que cogí el vestuario que tenía por casa sin importarme en comprobar que eran de la época, los guardé en una bolsa y me dirigí a la Logia. Me metí en los lavabos y me vestí rápidamente. Cuando entré en el taller de madame Rossini mis ojos se abrieron de par en par.
Gwen ya se encontraba en el lugar, y madame Rossini había hecho un gran trabajo con ella. Comencé a contemplarla (aun que más bien debería decir admirarla) desde los pies apreciando cada detalle del vestido rosa pálido que llevaba puesto y que tan bien le sentaba. Pero cuando llegué a la cabeza todas esas emociones explotaron como una burbuja. Ploff. Pero ¿qué demonios…? No pude evitar partirme de la risa. Parecía que un pájaro en peligro de extinción había anidado y puesto huevos en su cabeza.
Gwen me lanzó una mirada envenenada. Y madame Rossini comenzó a manifestar su enfado entorno mi conjunto y mi mal gusto.
¾ Tiene usted mucha razón, madame Rossini ¾dije, tratando de calmarla¾. Pero al menos mi pelo no parece uno de esos estropajos de aluminio que utilizo para fregar los cacharros.
Y he de decir que me sentí muy orgulloso de mí mismo porque se me ocurriera algo así en un momento como ese.
Gwendolyn levantó la barbilla mientras replicaba:
¾ ¿Qué tú usas? ¾dijo, poniéndole mucho énfasis al “tú”¾ ¿No te estarás confundiendo con Charlotte?
Vale, me había perdido.
¾ ¿Cómo dices? ¾balbuceé, confundido.
¾ Parece que últimamente limpia para ti.
Vaya. ¿Es que acaso Charlotte se lo había contado? Y eso me hizo pensar automáticamente en si sus únicas intenciones eran esas. Virgen Santa.
De repente me sentí avergonzado. Y lo peor es que no tenía ni idea de porqué. Y eso me confundió aún más.
¾ Bueno… eso no es… del todo exacto ¾tuve la necesidad de explicarme.
¾Sí, yo en tu lugar también me avergonzaría.
Wow. Eso me había afectado. ¿Cómo? Ni idea. De verdad que no lo sé. Pero últimamente eso es tan frecuente cuando estoy con Gwendolyn que he dejado de molestarme en buscarle una explicación.
Madame Rossini le colocó con mucho cuidado de no estropear ese peinado (si se le podía llamar de tal forma). Estallé en risas de nuevo.
Dios. Pero ¿qué se había propuesto hoy madame Rossini con ese atuendo? Parecía un espantapájaros. En ese momento, Gwendolyn me dio mucha pena. Pero pese a ese horrible sombrero y ese monstruoso peinado, estaba guapísima. Era incluso sorprendente.
¾ ¿Podemos irnos ya? ¾dijo con una voz ligeramente chillona, claramente irritada.
¾ Vigila bien a mi cuello de cisne, ¿me oyes? ¾y se acercó tanto a mi cara que tuve que retroceder un poco. Solo le faltaba apretar un cuchillo contra mi estomago para que fuese una amenaza en toda regla.
¾ Siempre lo hago, madame Rossini.
Le dediqué una sonrisa sincera.
¾ ¿Desde cuándo? ¾escuché decir a Gwen mientras salía al corredor. Se quedó parada de espaldas a la puerta, casi como si estuviera esperando algo. Entonces me miró extrañada¾ ¿Hoy no hay venda?
¾ No, nos la ahorraremos. Por razones bien conocidas —respondí, recordando la nada agradable sorpresa de hace unos días—. Y por el sombrero ¾añadí, reprimiendo una risita.
 ¾ ¿Sigues creyendo que te conduciré a una esquina y te daré con un palo en la cabeza? ¾preguntó Gwendolyn, algo ofendida.
Y entonces propuso una explicación “sencilla” a todo aquello. Que ella no estaba allí y yo simplemente lo había soñado mientras yacía inconsciente. ¿Realmente cree que no he considerado todas las opciones posibles? Yo tampoco quiero creer que fue ella. Pero sé muy bien lo que vi, y lo que sentí. La agarré antes de que me propinaran el golpe, y noté su suave tacto bajo mi piel. Es imposible que soñase con algo tan real. Imposible.
¾ Por cierto ¿no te duele la cabeza? ¾dije de repente, conduciendo el rumbo de la conversación hacía donde yo quería, justo el lado opuesto.
—Tampoco bebí tanto —contestó, algo avergonzada.
Juro que en ese momento, cuando apartó la mirada y se sonrojó levemente, mi corazón dio un vuelco dentro de mí. Era tan mona. Sentí la necesidad de seguir chinchándola para ver más esa cara suya que tan bien escondía. Parecía tan indefensa.
¾No, claro. Ya se veía ¾logré decir entre risas.
Ops. Parece que eso la había enfadado. En un ágil movimiento se zafó de la mano que tenía en su hombro.
¾ ¿No podríamos hablar de otra cosa, por favor? ¾resopló. Casi le faltó inflar los mofletes y dar una patada desquiciada en el suelo para parecer una niñita indignada.
Dios. ¿Qué me estaba pasando?
¾ ¡Vamos! Me imagino que tendré derecho a tomarte un poco el pelo con eso ¾dije. Tratando de darle una explicación a mi comportamiento.
Cuando la miré y ella me devolvió la mirada con el ceño fruncido, una clara señal de reproche, no pude evitar soltar un ligero suspiro. Como si me hubiesen dado un puñetazo en el estómago su belleza me golpeó tan fuerte que me dejó sin aire. Ni siquiera intenté resistirme al impulso que sentí en aquel momento. Me puso delante de ella y me frené en seco, provocando que ella se chocase conmigo y yo me pusiera tenso, aguantando la respiración.
Sin saber muy bien qué estaba haciendo, comencé:
¾ Escucha… No quise decírtelo ayer porqué pensé que estabas borracha ¾me entretuve acariciando su frente¾. Pero ahora que pareces estar mejor…
Ella me miró y en sus ojos pude percibir un destello de confusión y algo más. ¿Miedo? ¿Sorpresa? Pero eso no me detuvo. Me incliné y presioné mis labios contra los suyos. Ella me devolvió el beso. Fue un beso dulce y suave. Cuando volví a mis sentidos me aparté y la miré tratando de ocultar lo que pensaba en ese momento.
Madre mía. Había estado genial. Tanto que se me había olvidado parte del discurso que me había preparado rápidamente momentos atrás. Shit.
Gwendolyn parecía alterada. Parecía que se aferraba a la pared para no caer. Respiraba más rápido de lo normal y estaba ligeramente colorada. Apoyé un brazo en la pared, justo al lado de su cabeza. No por nada en especial, sino porque sentí la necesidad de aferrarme a algo para recordarme que no estaba soñando y mantener la compostura.
¾ Esto no puede seguir así ¾dijo ella de repente. Parecía que estaba echándome en cara algo.  No la culpaba, incluso yo estaba enfadado conmigo mismo.
¾Gwen… ¾me dispuse a seguir con lo que tenía planeado decirle. Algo de lo que poco a poco iba siendo consciente y comencé a reconocer. Y necesitaba hacérselo saber. Porque ella tenía razón, esto tenía que acabar. No podía actuar así con ella. La iba a volver loca. Y no de la manera que yo quería.
Me gustaba Gwendolyn. Era confuso. No porque fuera imposible que yo amase a Gwendolyn. Ella era muy guapa y su personalidad era muy fuerte. Se puede decir que era fácil sentirse atraído hacia ella. Pero esto era algo que jamás había sentido antes.
Creo que ha influido el hecho de no haberme relacionado prácticamente con nadie en los diecinueve años que llevaba con vida, simplemente con Charlotte que no era especialmente una chica como las demás, era educada, obediente, fina, casi como un robot. No es que esté diciendo que Gwen era corriente. Nada de eso. Ella no se comportaba como el resto de chicas conmigo. Ella me plantaba cara, y era valiente, y tremendamente cabezota, pero también tenía un gran corazón. Y… y… ¡Qué demonios! Me había enamorado de Gwendolyn.
En ese momento escuché como unos pasos se aproximaban hacia nosotros.
Reaccioné rápido y me aparté justo a tiempo, porque unos milisegundos después mister George apareció ante nosotros, sudoroso y agitado. Genial. Qué oportuno. Muchas gracias.
Tuve que contenerme muchísimo para no soltar un resoplido.
Mister George nos miraba extrañado y parecía que sospechaba lo que acababa de pasar, probablemente por el aspecto de Gwen, que aún no se había recuperado.
Sonreí para mí mismo mientras me excusaba y salía de esa escena tan tensa. Los esperaría en la Sala del Cronógrafo.
Le tendí la venda a mister George.
Mientras los dejaba atrás, me dije a mí mismo que la próxima vez no iba a fallar, y que Gwendolyn no se iría a dormir hoy sin saber lo que siento.

4 comentarios:

  1. *w* hace tanto esperaba este cap, me alegra tanto que volvieras *o* estaré esperando el siguiente 7w7r

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    1. Awww :3
      Yo también me alegro de haber vuelto, y de que sigáis conmigo ^^ No tardaré en subirlo lo prometo

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  2. Dios he esperado tanto este capitulo lo amor, ojala tengas tiempo de regalarnos mas de tu ingenio pronto; te esperaremos :D

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    1. Hahahahaha me alegra que digas eso ^^
      Muchas gracias, de corazón. Puede decirse que muy muy pronto va a haber un capítulo. Yo estaría atenta en los próximos minutos ;)

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