Rubí: Capítulo 13

Hola, he perdido la historia así que ahora debo de escribirla en un nuevo word, pero no os preocupéis que la historia no se frenará de nuevo ;P Aquí esta el tan ansiado capítulo 13, espero que pueda subirlos mas a menudo, ahora que he vuelto. Os recuerdo que aun podéis participar en el concurso, es importante que lo hagais, o dejaremos de hacer concursos durante un tiempo también os recuerdo que no hace falta que sea un programa profesional, puede ser uno online (hay muchos solo hace falta poner editor de fotos online en la barra de google) oh el paint, la única regla es que debe contener imágenes de la peli y debe de ser el tamaño especificado. Disfrutad !! :D

Gwendolyn y yo caminamos hasta la esquina donde hemos quedado con Mr. George. 

- No entiendo como pudieron encontrarnos esos hombres, ni quien pudo ordenar a Wilbour que nos llevará a Hyde Park. No habia tiempo para preparar una emboscada- Dije, dándole vueltas a lo ocurrido hace un rato. 

Gwendolyn no contestó, tampoco esperaba que lo hiciera ¿Que podía saber ella? Mientras caminaba seguía comiéndome el coco pensando en quien y como podría haber echo eso.

-¿Hablas conmigo?-Me pregunto Gwendolyn.

-Alguien sabía que estaríamos allí. Pero ¿Como pudieron enterarse?

-Wilbour... Su ojo estaba...-Empezó a tartamudear, y su cara cambió de color al instante, le entraron arcadas y yo me sorprendí mucho, podría decirse que hasta me asusté.

- ¿Que estas haciendo?- Seguía con arcadas pero no llegó a vomitar- ¡Gwendolyn, tenemos que llegar ahí abajo!-Le dije señalando le el lugar de encuentro- Respira hondo y se te pasará-Le sugerí.

Gwendolyn se quedo muy quieta y el color de su cara le volvió a cambiar pero no blanco, ni verde, ahora estaba roja.

-¿Qué se me pasará?-Me dijo despacio-¿Pasará también el hecho de que acabo de matar a un hombre? ¿Pasará también que mi vida haya dado un giro de 360º de la noche a la mañana? ¿Pasará también que un maldito engreído con el pelo largo y medias de seda que toca el violín no tenga otra cosa que hacer que darme ordenes sin parar aunque hace un momento haya salvado su asquerosa vida?-Dijo, cada vez mas enfadada y elevando el tono de voz- Si me lo preguntas, ¡Te diré que no em faltan motivos para vomitar! Y, por si te interesa ¡Tú eres uno de ellos!-Ahora estaba chillando, me quede muy quieto, no sabía que hacer. Nadie me había contradicho nunca, Charlotte siempre me obedecía sin rechistar, pero su prima era... Distinta.

-Ahora, quiero ir a mi casa- Me ordenó, al decir esto su labio empezó a temblar y se puso a llorar.

Sentí la necesidad de hacerla callar, de no verla llorar.

-No pasa nada, tranquila- Le intenté calmar, con voz suave, pero mis intentos fueron en vano, ya que se puso a llorar mas fuerte aún- Oye, Gwendolyn-Empecé-Lo siento-Dije mientras la abrazaba- Soy un idiota, he olvidado lo que esto debe de representar para tí- Dije con total sinceridad, entonces recordé cuando me tocó a mi, viajar por primera vez- Y eso que todavía puedo recordar lo extraño que me sentí la primera vez que salté en el tiempo, a pesar de las muchas horas de esgrima, por no hablar de las clases de violín...-Le acaricié el pelo pero ella se puso a sollozar aun mas fuerte- No llores más-Ya no se que mas hacer, me he disculpado y he dicho cosas que jamas antes había dicho, pero no sirvió nada- Todo irá bien.

Pareció haberse desahogado y se secó las lágrimas.

-¿Un pañuelo?-Le ofrecí mi pañuelo de seda sonriendo- En esa época, aún no habían Kleenex.

Justo en ese momento una limusina negra se detuvo delante nuestro, Mr. George hiba dentro.

Empezó a preguntarnos por nuestro aspecto, yo respondí todas las preguntas. Gwendolyn no parecía en condiciones de contestar, aún estaba aturdida. Cuando le conté lo que hizo Gwendolyn, Mr George no se lo podía creer.

-Eran dos contra uno-Murmuró-No podía quedarme mirando.

-Eran tres contra uno-le corregí- Y ya me había deshecho de uno de ellos, te dije que te quedarás en el carruaje.

-No parecía que pudieras aguantar mucho más-Respondió sin mirarme.

Me callé, tenía razón, no hubiera aguantado mucho más. Cuando llegamos a casa de Gwendolyn y ella se dispuso a bajar...

-Gracias

.¿Por qué?...-Me preguntó ella

-Talvez... No hubiera aguantado mucho mas-Confesé- Creo que has salvado mi patética vida- No dijo nada y cuando me miro, parecía querer volver a llorar así que le ofrecí de nuevo mi pañuelo.-Será mejor que te limpies la cara, o si no tu madre pensará que has estado llorando-Dije con humor, sonriendo le  pero no pareció hacerle gracia. Tampoco me extraño, no estaba en condiciones de reírse. 

-buenas noches-Me dijo Gwendolyn

-Que duermas bien-Le respondí- Hasta mañana- Le despedí sonriendo.

Pero yo no pude dormir bien aquella noche.