Zafiro: Capítulo 14

¡Hola!
Cuánto tiempo, viajer@s ^^
No os miento cuando os digo que os he echado de menos hahaha
Siento haber estado tan ausente pero es que la semana de exámenes se ha alargado a dos y media y no he tenido tiempo libre hasta bien entrada esta semana. Os juro que ahora mismo estoy dando saltitos de alegría por toda mi casa porque es la primera vez en años que tengo una tarde completamente libre (sin deberes, ni exámenes, ni trabajos). Así que he aprovechado para escribir un poquito, porque esto estaba demasiado muerto ya.
No es muy largo, lo siento. Pero no quería alargarme mucho porque quería dedicarle el capítulo entero al sueño tan especial de Gideon ;P Tampoco tenía ganas de seguir con la trama del libro porque me gustaría alargar esto cuanto más mejor, pero os prometo que en el capítulo 15 procuraré avanzar bastante la historia.
Me ha encantado ver que, pese a que yo no he estado muy activa que digamos, vosotros no habéis seguido mi ejemplo y habéis seguido participando. Incluso más que en periodo de activad del blog :3
Soy muy feliz en serio. Ver que todo esto esta funcionando y cada día van creciendo los seguidores, y que además crecen las participaciones... Voy a llorar de felicidad en serio.
Bueno, seguramente se me olvida algo de lo mucho que os quería decir, pero no os voy a entretener más :)
Eso sí, me disculpo una vez más.
Disfrutad y no dudéis en comentar ;D

Suspiré dejándome caer en el sofá.

“Agotamiento” era una palabra demasiado débil para describir mi estado en esos momentos.

Cerré los ojos, buscando esa paz que llevaba deseando des de el momento en el que Charlotte abrió la boca. Pero eso era demasiado pedir, por supuesto.

No me dio tiempo ni a ponerme bien cómodo en mi sofá cuando Raphael ya me estaba sacudiendo el hombro, tan entusiasmado como un crío.

¾ Gid, ¿has oído a Charlotte? ¿Verdad que esa tal Leslie parece interesante? Y porque no la has visto, está como un tren. Sin duda, no me molestaría que fuera revoloteando a mí alrededor como un perrito fiel. Igual que aquellas chicas agobiantes francesas. Elle est trop mignonne.

¾ ¡Por Dios! Respira o algo Raphael. No me gustaría tener un cuerpo sin vida en el suelo de mi casa.

Madre mía, lo ha dicho todo del tirón. Ni un robot podría hacer lo que mi hermanito acaba de hacer. Y lo peor de todo es que me ha puesto de los nervios en una maldita milésima de segundo. Adiós a mi ansiada paz.

Raphael cerró el pico por lo que parecía la primera vez en siglos y me observó detenidamente. No expresaba ninguna especie de emoción (cosa que me recordaba terriblemente a mí), más bien parecía estar analizándome.

¾ Está bien. No estás de humor. Ya te dejo tranquilo, no te preocupes.

Dicho esto, se levantó (creo que no lo he mencionado pero estaba arrodillado frente a mí) y se dirigió hacia la habitación de invitados.

¾ Raph…

Él no respondió, más bien cerró la puerta tras de sí.

Pfff. Ya se le pasará. Mañana estará de nuevo dando brincos por todo el apartamento diciendo lo genial que es la amiga de Gwen.

 ***

<< ¿Dónde estoy? ¾Pensé>>

¿Por qué estaba todo tan oscuro?

Ah, era de noche. Pero ¿por qué no había ninguna iluminación en la calle?

No, mejor aún, ¿por qué no había gente?

<<Gideon…>>

Esa voz… Bueno, más bien era un susurro.

No tengo otra forma de explicar esto que diciendo que se trataba de un sueño. Segurísimo, vamos.

<<Gideon…>>

Ese había sonado más fuerte.

Su voz retumbaba en mi cabeza.

Sin darme cuenta me encontraba frente al Big Ben. ¿Qué demonios?

Dirigí mis ojos  hacia arriba y veo una figura en el borde de la torre del reloj.

De repente y sin previo aviso, empecé a levitar hasta que mis ojos se encontraron con esos zafiros que me miran directamente y me dejaban sin aliento.

Gwendolyn era la que estaba en el borde del reloj.

Su pelo era azotado por la suave brisa que nos acompañaba.

<<Gideon…>> Volvió a llamarme.

<< ¿Estás loca? ¿Qué haces ahí? Vas a caer, haz el favor de bajar>> Le dije con el corazón en un puño.

Me ignoró. Aun que era muy probable que en realidad no me estuviera escuchando.

Me sonrió de una forma tan cálida que me dio la sensación de que se paró el tiempo, el reloj del Big Ben dejó de funcionar y mi corazón con él. Acto seguido, Gwen extendió los brazos mostrando intenciones de abrazarme, pero sus manos me traspasaron como si yo no fuera más que un fantasma y se precipitó al vacío.

Yo no pude hacer nada más que gritar su nombre y observar cómo caía.

 ***

¾ ¡Gideon!

Me incorporé sobresaltado y con la respiración agitada. Miré a mí alrededor y descubrí que seguía en el sofá.

Dos ojos verdes brillaban con preocupación frente a los míos.

¾ Gideon, hermano, ¿estás bien? Estabas gritando…

¾ Sí, sí. Estoy bien, estoy bien.

Raph no parecía muy convencido. Torció el gesto y sacudió ligeramente la cabeza.

¾ ¿Ha dormido aquí toda la noche? Seguro que has pillado un refriado.

Negué con la cabeza mientras le daba unas suaves cachetadas en la mejilla.

Pero en realidad era una enorme mentira. Me encontraba peor que fatal.

Sabía perfectamente que aquello había sido una horrible y extraña pesadilla. Era plenamente consciente de ello.

Pero aún así, jamás olvidaré la cara de terror de la Gwen de mi sueño. Sus ojos expresaban miedo y sus manos me pedían ayuda. Extendía los brazos pidiendo que la salvara. Pero… Yo no pude hacer nada por evitar su final. Solo pude observar.

Solo observar…