Me encanta ver como el blog crece cada día, pero cada paso que doy me acerca más al final y... me da pena, porque no quiero que esto acabe.
El segundo libro se ha hecho más largo que el primero, sin duda.
He aprovechado esta semana, que ha sido un poco más 'light' para escribir el capítulo final. Os aviso por adelantado, las próximas dos o tres semanas no voy a poder actualizar. Se acerca el final del trimestre y bueno, eso significa temporada de exámenes. Hurra...
En fin. Este capítulo es tremendamente largo, lo siento mucho. En serio, creo que me he pasado. Pero quería acabar con el capítulo 20 y bueno tenía que incluir todo lo que faltaba :') Incluso me he inventado un trozo de la profecía. Y este es el resultado. Creo que podría haberlo hecho mejor y no estoy especialmente satisfecha con este. Pero bueno lo hecho, hecho está.
Nada más. ¡Nos vemos pronto!
Disfrutad y no dudéis en comentar ;D
Mi tío Falk estaba esperando en la Sala del Cronógrafo. Me
miró extrañado cuando vio que sonreía como un idiota.
¾
¡Hola, tío Falk! ¾dije,
más animado de lo que pretendía. Carraspeé¾
Gwendolyn, está al caer.
Mi tío abrió la boca, pero volvió a cerrarla un segundo más
tarde. Fuera lo que fuese que me iba a decir, se lo guardó para sí mismo.
En ese momento entró Gwen, con los ojos vendados. Por Dios…
A esas alturas, ¿qué más daba que viese el camino? Aun que en el fondo sí lo
sabía, no veía a Gwendolyn capaz de robar el cronógrafo. Ella jamás haría algo
así.
En cuanto mister George le desató la venda de los ojos,
Gwendolyn parpadeó y recorrió con la mirada toda la sala hasta posar sus
hermosos ojos en mí. Mi corazón revoloteó frenéticamente cuando sus mejillas se
tiñeron de un leve color rosado.
Gwendolyn debía mantener una conversación en privado con el
conde. Se podría decir que yo tenía la tarde “libre”, ya que el conde no
requería de mi presencia. No me apasionaba la idea de dejar a Gwendolyn sola
con el conde, si se ponía nerviosa podría decir cualquier tontería y enfadar al
conde. Oh, mejor que eso no pasara.
Le dirigí una rápida mirada a susodicha mientras mi tío
preparaba el cronógrafo. Parecía preocupada. De repente, sentí la imperiosa
necesidad de estrecharla entre mis brazos y susurrarle palabras
tranquilizadoras al oído. Pero, afortunadamente, no lo hice.
¾ No
tengas miedo ¾le
dije, simplemente. Cuando ella me miró yo le sonreí¾. Ayer os entendisteis muy bien,
¿no? ¿Ya no te acuerdas? ¾le
tendí el dedo índice al tío Falk, y antes de desvanecerme le dije a Gwendolyn:¾ ¿Preparada?
Ella asintió y me respondió con un tímido <<Preparada
si tú lo estás>>. Segundos más tarde me encontraba en el laboratorio de alquimia,
completamente a oscuras.
Gwen aterrizó junto a mí envuelta en un halo de luz roja.
¾ Todo
en orden ¾dije,
en parte para hacerle saber que estaba justo ahí, con ella.
¾ ¿Por
qué está todo tan oscuro aquí? El conde nos está esperando, ¿no? Podría haber
tenido el detalle de encender una vela ¾dijo
ella, algo irritada.
¾ Es
que no sabe exactamente donde aterrizamos ¾expliqué.
Casi pude ver como fruncía el ceño.
¾ ¿Por
qué no?
Sinceramente no estaba muy seguro de aquello. Nunca antes se
había preocupado por saberlo. Y tampoco creo que le hiciera mucha gracia que
supiese que utilizamos su laboratorio como pista de aterrizaje.
Nos las apañamos para salir al pasillo sin rompernos una
pierna o romper algún objeto frágil de narices.
Allí había antorchas pero ninguna estaba encendida. Cogí la
que se encontraba más cerca y la encendí con una vela que había justo al lado.
Perfecto, ahora podríamos avanzar sin partirnos el cuello.
¾
¿Cómo demonios era esa maldita contraseña? ¾preguntó,
algo vacilante. Se había acercado un poco más a mí
¾ «Qui nescil dissimulare nescit
regnare» ¾respondí yo,
lanzándole una mirada divertida.
¾
¿Nunca te cansas de saberlo todo? ¾dijo
ella, sin un ápice de burla en su voz. Realmente parecía interesada en saber la
respuesta.
Solté una pequeña risita, lo que provocó que una pequeña y
tímida sonrisa apareciera en el rostro de Gwendolyn.
No iba a pasar ni un solo segundo más. Dejé la antorcha
nuevamente en el soporte y me giré para mirar a una Gwendolyn extrañada.
¾ ¿Qué
estás haciendo?
¾ Será
solo un momento... Es que antes... Mister George nos ha interrumpido cuando
quería decirte algo importante ¾dije
honestamente, dando un paso hacia ella.
¾ ¿Es
por lo que te expliqué ayer en la iglesia? ¾comenzó
ella. Sabía que una vez que empezase a hablar no terminaría¾ Bueno, puedo entender que
pienses que estoy loca, pero tampoco va a ayudarme un psiquiatra.
Pero ¿qué estaba diciendo? ¿Por qué iba a pensar que estaba
loca? Bueno, vale esa es una buena razón para pensar que alguien no está
cuerdo. Pero se tienen que tener en cuenta todos los factores. Y, en fin, si te
paras a pensarlo eso es lo que dice la profecía. Así que no, no creía que Gwen
estuviese loca o que me estuviese mintiendo. La creía.
Fruncí el ceño en un acto de desesperación. Maldita sea.
Cuanto más tiempo pasaba más me costaba escupir las palabras de mi boca.
¾ ¿No
podrías mantener la boca cerrada unos segundos, por favor? Tengo que armarme de
valor para hacerte una declaración de amor. No tengo ninguna práctica con estas
cosas.
Gwendolyn adoptó una expresión en blanco y parpadeó
perpleja. Vaya… Había arruinado el momento. ¿Qué clase de declaración era esa?
Daba asco.
¾
¿Cómo dices? ¾balbuceó
desconcertada.
¾ Me
he enamorado de ti, Gwendolyn ¾volví
a probar. Consiguiendo esta vez el efecto deseado. Bueno parece que había
arreglado la cagada inicial.
Gwen abrió los ojos como platos. Casi parecía que no se lo
creía. Bien, pues se lo repetiría tantas veces como quisiera, tan solo quería
que me creyera.
¾ ¿De
verdad? ¾juro
que en ese momento se le iluminó la cara. Parecía tan ilusionada. Me contagió
su emoción.
¾ Sí,
¡de verdad! ¾respondí,
animado. Ya sabía que Gwen… en fin, sentía cariño por mí. Pero admito que su
reacción me puso muy feliz y me animó a continuar. A abrirme por completo¾ Ya sé que no hace ni una
semana que nos conocemos, y que al principio te encontré bastante… infantil, y
supongo que también me comporté como un imbécil contigo. Pero es que eres
terriblemente complicada, uno nunca sabe que será lo próximo que harás y en algunas
cosas eres terriblemente…torpe. A veces sencillamente me vienen ganas de
sacudirte ¾confesé.
Bueno, juntos para lo bueno y para lo malo ¿no?
¾
Vale, la verdad es que se nota que no tienes ninguna práctica en declararte ¾dijo ella, un poco
indignada.
¾ Pero
luego vuelves a ser tan divertida e inteligente y tan increíblemente dulce —como
he dicho: para lo bueno y para lo malo—. Y lo peor es que basta con que estés
conmigo en la misma habitación para que enseguida tenga la necesidad de tocarte
y de besarte...
Una vez pronunciadas estas palabras realmente sentí la
imperiosa necesidad de tocarla y besarla.
El beso fue dulce y delicado hasta el final. Estoy seguro de
que el beso duró más de lo que parecía y el tiempo corría en nuestra contra,
así que me separé de Gwendolyn dando una gran bocanada de aire para llenar mis
pulmones. Gwendolyn parecía estar sin aliento. Se apoyó contra la pared y se
llevó una mano al corazón, jadeando. Dios Santo, realmente parecía que iba a
morirse asfixiada.
¾Eh,
Gwendolyn, no tienes más que respirar como lo sueles hacer normalmente ¾dije en tono burlón.
Sencillamente no pude evitarlo, necesitaba disfrutar del momento¾. Aspira y espira.
Gwen me lanzó una mirada de reproche, pero no pudo ocultar
una sonrisa divertida y me dio un pequeño empujoncito en el pecho. Vaya, vaya.
La pequeña viajera del tiempo tenía más fuerza de la que parecía.
¾
¡Para ya! Es insoportable lo creído que eres.
¾ Lo
siento. Solo es que... es una sensación tan fantástica saber que por mí te
olvidas de respirar... ¾aún
no me creo que yo pueda hacer eso. Me provoca una cálida y extraña sensación en
lo más fondo de mi pecho
Comenzamos a caminar en dirección al nivel superior para encontrarnos
con el conde. Al cabo de unos minutos andando caí en la cuenta de algo,
bastante importante, en mi opinión.
¾ Acabo
de darme cuenta de que yo te hecho una declaración de amor, pero tú a mí no ¾comenté, intentando no
mostrar cómo me afectaba ese tema.
¾ ¿No lo he hecho? ¾contestó ella, seriamente
extrañada.
¾ En todo caso, no con palabras ¾dije recordando su manera de actuar frente a mí. Estaba claro a ojos de cualquiera que Gwen sentía algo… Por insignificante que fuese¾. Y no estoy muy seguro de que eso cuente. ¡Chisssst! ¾añadí cuando escuché el fuerte grito de Gwendolyn. Cuando me giré vi como miraba horrorizada a una rata que se escabullía por una esquina.
¾ En todo caso, no con palabras ¾dije recordando su manera de actuar frente a mí. Estaba claro a ojos de cualquiera que Gwen sentía algo… Por insignificante que fuese¾. Y no estoy muy seguro de que eso cuente. ¡Chisssst! ¾añadí cuando escuché el fuerte grito de Gwendolyn. Cuando me giré vi como miraba horrorizada a una rata que se escabullía por una esquina.
Reprimí una risita.
Dejé a Gwendolyn justo enfrente de la sala que el conde
había elegido para la reunión. Antes de marcharme le dediqué una sonrisa y le
puso las manos en los hombros, de tal manera que quedamos uno en frente del
otro, mirándonos directamente a los ojos.
¾
Tranquila Gwen, lo vas a hacer genial ¾le
sonreí¾. Estaré aquí para cuando
acabes, como lo acordamos.
Ella asintió enérgicamente y yo le guiñé un ojo mientras
daba media vuelta y salía al exterior.
Era agradable tener un poco de tiempo libre. Es una pena que
no pudiésemos pasear más a menudo por estas calles. Casi parecía que estuviese
dentro de una película.
La gente paseaba tranquila, sonriendo. Todos enfundados en
sus ropas típicas de la época, y cada cual más ridículo. Jamás me acostumbraría
a aquella vestimenta… Sencillamente me alegraba de haber nacido en mi época. Aunque
Gwendolyn estaba preciosa con esos vestidos…
Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos de mi cabeza.
Sólo faltaba que me atropellara una carroza tirada por caballos por andar
despistado.
Levanté la vista y mis ojos se toparon con una carroza
parada. Hablando del Rey de Roma, por la puerta asoma. Pero no era una carroza
cualquiera, tenía el escudo de lord Alastair. ¿Qué estaba haciendo ese bastardo
aquí? O mejor dicho ¿qué asuntos estaba llevando a cabo en un patio trasero con
aspecto de estar abandonado.
Me acerqué con prudencia, alerta a cualquier movimiento para
desenfundar la espada.
Vaya, eso era un océano de sabanas blancas. No podía ver lo
que había al otro lado, sin embargo, eso no me impidió escuchar el tintineo de
las espadas al chocar seguido de unos jadeos. ¡Una pelea! Y ¿no había sido
invitado? Qué lástima, me hubiera gustado formar parte de aquello. Entonces
escuché a lord Alastair gritar <<¡Acabad con ese demonio!>>. ¿Demonio?
Tenía un presentimiento de quién era el desdichado que se batía en duelo con
ese tarado.
Me moví sigilosamente a través de las sabanas, cuidando que
nadie se diese cuenta de mi presencia hasta que fuese muy tarde.
<<Nos has engañado… Traidor>>. Aquella voz
confirmó mis sospechas. Paul de Villiers. Por alguna razón nada de aquello me
sorprendía.
Era hora de hacerse notar. Vislumbre una sombra negra tras
una de las sabanas. Sin pensármelo dos veces hundí la espada en uno de los
hombres de lord Alastair. Sin hacer ningún ruido se desplomó en el suelo, dando
su último aliento. `Por fin, salí de mi escondite para ver a Paul abatido en el
suelo, ayudándose de su espada para mantenerse en pie. Parecía gravemente
herido y no estar en condiciones de seguir luchando, al menos no para ganar.
¾ Gideon
de Villiers —exclamó Paul, mientras esquivaba a duras penas uno de los golpes
de lord Alastair—. Muchacho, nunca hubiera pensado que me alegraría tanto de
verte.
Aquello tampoco fue una sorpresa, teniendo en cuenta que muy
probablemente acabara de salvarle el pellejo.
¾ En
realidad solo sentí curiosidad —dije, encogiéndome de hombros. Si se pensaba
que había venido expresamente a salvarle, ya podía seguir soñando. Sólo había
venido a malbaratar los planes de ese rufián.
Lord Alastair perdió el interés en Paul, a quién creía ya
con un pie en la tumba y se lanzó contra mí.
Logró rozar mi brazo, pero sólo me hizo un rasguño. Unos
instantes más tarde, lo desarmé con facilidad. Entonces, su espada se
encontraba a varios metros de nosotros, sin oportunidad alguna para lord
Alastair de recuperarla.
¾ ¡Mátame
si te atreves! —gritó lord Alastair, con ojos de loco.
¾ No
hoy —dije, rechazando su desafío, por ahora, pero prometiendo cumplirlo en un
futuro (no muy lejano, espero).
Comencé a guardar la espada, dispuesto a marcharme de allí
victorioso. Pero en ese momento otro de los hombres de Alastair se abalanzó
sobre mí. Paul paró el golpe justo a tiempo con su espada. No tardé ni un
segundo en volver a desenvainar la mía. El pecho del hombre se encontró con mi
espada.
Incluso a mí me pareció exagerada la cantidad de sangre que
brotó de la herida. Debí de haber acertado en alguna vena importante.
Lord Alastair aprovechó la distracción para recoger su
espada y un sobre marrón del suelo. No sé qué demonios era eso, pero se dibujó
una sonrisa victoriosa en la cara de este. Aquello me daba mala espina.
Giró sobre sus talones y huyó del lugar. No me molesté en ir
tras él. No era mi principal preocupación ahora mismo.
Me giré hacia Paul que miraba en dirección a lord Alastair
con odio mientras gritaba <<¡Cobarde!>>. Entonces centró su
atención en mí de nuevo.
¾ ¿Estás
herido, muchacho? ¾dijo mirando
el lugar donde la espada de ese hombre había rasgado la maga.
¾ No, solo es un rasguño ¾contesté¾. Pero lo tuyo parece
peor. Tu brazo está lleno de sangre ¾dios, eso debía tratarse inmediatamente¾.
¿Qué son esos papeles que le has dado a lord Alastair? ¾pregunté con recelo.
¾Árboles genealógicos ¾dijo Paul, y dio la sensación de que
quería pegarse de bofetadas¾. Series de antepasados de las líneas masculina y
femenina de los viajeros del tiempo.
Casi me dio pena incluso, parecía sentirse realmente
estúpido. Bueno, lo era.
¾ Sabía
que vosotros erais los traidores, ¡pero no imaginaba que pudierais ser tan
tontos! ¾grité,
enfadado¾. ¡Tratará
de matar a todos los descendientes del conde! Y ahora también conoce los
nombres de la línea femenina. Si por él fuera, nunca habríamos llegado a nacer.
Se le desfiguró la cara en una mueca. Ahora parecía un
desgraciado. Pues se lo tiene bien merecido, que le coma la culpa por dentro.
¡Maldita sea! Ahora podría estar planeando nuestras muertes… Todo nuestro
trabajo tirado por la borda.
¾ Deberías
haberle matado cuando pudiste hacerlo ¾replicó Paul con dureza.
¿Estaba intentando echarme la culpa a mí? Qué original¾. Nunca debimos confiar en él. Mira,
no me queda mucho tiempo para saltar de vuelta. Pero es importante que me
escuches.
¾ ¡No
lo haré! ¾lo miré, furioso. ¿En serio creía que iba a escucharle, después de
haber intentado matarnos y haber puesto en peligro a toda la línea de viajeros
del tiempo?
¾ Fue un error asociarnos con la Alianza ¾dijo Paul
apresuradamente. En ese momento se llevó las manos al estomago, horrorizado¾.¡Maldita
sea! ¾exclamó. Se metió la mano
en el bolsillo interior de su chaqueta y me tendió unos papeles¾ ¡Toma! Coge esto,
muchacho.
Dudé un segundo. Pero algo en la expresión de su cara me
hizo coger lo que me daba.
¾ Deja de llamarme
muchacho. Te saco media cabeza ¾repliqué.
¾ Estas cartas contienen la parte de las profecías que el
conde ha ocultado a los Vigilantes. Es importante que las leas antes de que se
te ocurra la idea de correr a ver a tu querido conde y delatarnos. Mierda, Lucy
me matará cuando lo oiga ¾gimió.
Me estaba empezando a dar pena, realmente parecía desesperado.
¾ ¿Quién
me garantiza que no son falsificaciones?
¾ ¡Tú
léelas! Entonces sabrás por qué robamos el cronógrafo. Y por qué queremos
evitar que el conde cierre el Círculo ¾cogió
aire, preparándose para soltarlo todo de golpe¾.
Gideon, tienes que cuidar de Gwendolyn ¡Y debes protegerla del conde!
Aquello me puso alerta. ¿Quién era él para decirme que debía
protegerla? ¡Como si no hubiese estado dispuesto a hacerlo mucho antes de que
él me lo dijera! Justamente él.
¾ ¡Protegería
a Gwendolyn de cualquiera! ¾dije
tan honestamente que me arrepentí al segundo de haber pronunciado aquellas
palabras¾. Pero
no sé qué puede importarte eso a ti. ¾
¡Podría importarme mucho! ¾exclamó.
Y casi parecía querer pegarme una bofetada.
Me crucé de brazos y le lancé una mirada que le dejo claro
que no me lo creía. Él sacudió la cabeza.
¾ Es
igual. Escucha ¾se
tomó una pausa en la que pareció que se pensaba muy bien lo que iba a decir¾. Pregunta sencilla,
respuesta sencilla: ¿amas a Gwendolyn?
Fui lo bastante prudente como para sostener su mirada, pero
aquella pregunta me dejó totalmente desarmado. ¿Por qué me estaba haciendo
aquella pregunta? ¿Por qué él? ¿Qué podía importarle? Y… ¿Cuál era exactamente
la respuesta? Es decir, justo acababa de declarar mi amor hacia Gwendolyn. Pero
¿estaba seguro? ¡Qué demonios estaba diciendo! Había dejado que Paul me confundiera.
¾¡Gideon,
tengo que saber la respuesta! ¾insistió secamente.
Gwendolyn… era preciosa e inteligente y cariñosa y valiente
y tremendamente testaruda. Y me quería. Y yo la quería a ella. Estaba dispuesto
a hacer cualquier cosa por protegerla. La ansiedad en el rostro de Paul me sacó
de mi ensimismamiento.
—Sí —respondí, dejando caer mis brazos a los lados.
Paul pareció aliviado en cierto modo. Algo que me inquietó
tremendamente.
—Entonces lee los papeles —dijo rápidamente—. Solo así
podrás comprender qué papel desempeña Gwendolyn en este asunto y todo lo que se
juega.
Lo miré frunciendo el ceño.
¾ ¿Qué
quiere decir eso? ¾exigí
saber. Seguía sin fiarme de él.
¾ Gwendolyn
morirá si tú no lo evitas ¾me
agarró el brazo. El rostro de Paul estaba muy serio. Sin rastro alguno de estar
mintiendo. Aquello me puso los pelos de punta¾.
Eres el único que puede hacerlo. Y el único en quien ella confía, por lo que
parece.
Mi corazón dio un vuelco. El único en el que Gwen confiaba…
Y ¿el único que podía salvarla? Dios, aquello… Incluso si aquellas palabras venían
de Paul, sentí una felicidad inmensa al pensarlo.
¾ ¡Prométemelo,
Gideon! ¾dijo,
prácticamente gritando y aumentando la presión en mi brazo. Examiné sus ojos. Había un poco de
irritación, pero también vi un brillo de… ¿esperanza?
¾ Lo
pro… ¾comencé a decir. Pero en
aquel momento se desvaneció en el aire¾
…meto…
Di un gran suspiro. ¿Qué acababa de pasar? ¿Por qué había escuchado
siquiera a Paul? Pero la verdad es que no parecía que estuviese mintiendo… Miré
fijamente los papeles. No perdía nada por leerlos ¿verdad?
***
¡Llegaba tarde! Maldita sea, llegaba más que tarde. Me había
entretenido demasiado leyendo los papeles tras el duelo con lord Alastair. Paul
me había confiado unos papeles muy importantes y por los que habían estado
luchando todo este tiempo. Y en cierto modo estaba agradecido. No había podido
leerlos todos y algunas partes eran realmente difíciles de entender, como las
otras profecías.
Gwendolyn me estaba esperando al fondo del pasillo, como
habíamos acordado. Parecía agotada. Dios mío, verla ahí de pie, sonriéndome,
fue suficiente para darme cuenta cuánto la había echado de menos. Resistí la
tentación de abrazarle sin importarme por ese estúpido secretario.
¾ ¡Está
herido, sir! ¾exclamó
espantado este último¾
¡Ordenaré que traigan a un médico!
¾No ¾dije
tajante¾ . No
es mi sangre. Al menos no toda. Ven, Gwen, tenemos que darnos prisa. Me han
retenido un poco.
Cogí a Gwendolyn de la mano y la arrastré prácticamente
hasta el laboratorio de Alquimia. Justo a tiempo, un poco más tarde y no
habríamos llegado para saltar de vuelta. Algunos de los pasillos habían sido
modificados, hubiera sido una auténtica desgracia si… bueno, nos hubiésemos desvanecido
en otro lugar.
¾ ¿De quién
es esa sangre en tu ropa? ¾preguntó
Gwen. Podía percibir la preocupación en su voz.
¾La
verdad es que no tengo ni idea de cómo se llamaba el tipo. Seguro que madame
Rossini se pondrá furiosa.
¾¿Cómo
ha ido tu conversación con el conde? ¾pregunté,
rodeando la cintura de Gwendolyn para acercarla más a mí. Solía pasarme a
menudo, tener la necesidad de tenerla lo más cerca posible.
¾Ha
sido muy… instructiva ¾respondió.
Parecía algo abatida, casi decepcionada¾.
El conde me ha explicado que los dos compartís el extravagante punto de vista
de que una mujer enamorada es más fácil de controlar. Debe de haber sido
fastidioso hacer todo este trabajo previo con Charlotte y luego tener que
volver a empezar otra vez desde el principio conmigo, ¿no?
Vale, aquello me había pillado totalmente por sorpresa.
¾¿Qué
estás diciendo? ¾comencé
a decir sin entender muy bien de qué estaba hablando.
¾Pero
la verdad es que lo has hecho realmente bien —dijo como si no me hubiese
escuchado—. El conde también opina lo mismo, por cierto. Claro que yo no era un
caso especialmente difícil... Dios mío, me siento tan avergonzada cuando pienso
en lo fácil que te lo he puesto...
Bajó la mirada, parecía realmente avergonzada. Parecía que
iba a llorar. Pero ¿qué demonios estaba diciendo? Estaba tan confundido que no
sabía qué diantres hacer.
¾ Gwendolyn…
¾dije,
con cuidado. En ese momento sonó la maldita alarma que llevo incorporada en el
cuerpo desde mi nacimiento, esa sensación en el estómago¾. Pronto empezará. Tal vez sería
mejor que continuáramos esta conversación más tarde. Con calma. Aunque no tengo
ni idea de adonde quieres ir a parar…
Y no creo que acabé con besitos de reconciliación si
seguimos hablando ahora.
¾Solo
quiero saber si es verdad ¾lo
dijo como de pasada¾. Que
realmente planeaste que me enamorara de ti, igual que antes lo habías hecho con
Charlotte.
No me gustaba nada lo que estaba insinuando. Eso no era en
absoluto verdad. Y no sé de dónde se había sacado esa idea. Bueno sí, del
conde. Pero no entiendo con qué objetivo. Solté a Gwendolyn y di un paso atrás.
¾ Este
es un mal momento ¾le
advertí¾.
Gwendolyn enseguida hablaremos de esto. Te lo prometo.
¾¡No!
¡Ahora! ¾gritó
ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas que empezaron a caer sin control. Y a mí
se me rompió el corazón¾.
¡Basta con que me digas sí o no! ¿Lo planeaste todo?
Estaba realmente dolida, decepcionada. Pero, ¿Cómo podía pensarlo
algo así de mí? Hace unos minutos le había confesado mi amor… ¿Por qué ha
decidido creer al conde y no a mí? Me pasé una mano por el pelo.
¾Gwen...
¾mi
voz sonó casi como una súplica. Y quizá lo era, a estas alturas.
¾ ¿Sí
o no? ¾preguntó una vez más,
soltando un sollozo.
Entonces recordé los papeles de Paul. <<Hasta que el
lucero palidezca y muera, no tendrá el águila su nido eternal. Al contemplar el
diamante teñirse de rojo, el cuervo se une a los muertos. Y sólo por amor se
extingue una estrella, si ha elegido libremente su final>>. Para mí tenía
un claro significado: Gwendolyn iba a morir por mi culpa. Por estar enamorada
de mí, estaba conduciendo a Gwendolyn a su final. No podía permitirlo. Debía
evitarlo. Así que hice lo único que se me ocurrió en ese momento.
¾ Sí ¾dije. Y me dolió en lo más
profundo de mí ser¾.
Pero, por favor, deja de llorar.
Gwendolyn no podía quererme. A ser posible, debía odiarme.
Aunque eso significaría perder su confianza, no quería arriesgarme a que la
matasen por mí.
Abrió mucho los ojos y se le llenaron de lágrimas de nuevo,
pero estas no salieron. Se las guardó para ella.
¾ Muy
bien, en realidad es todo lo que quería saber ¾dijo
en un susurro, con la voz rota¾.
Gracias por tu franqueza.
Quería aparentar indiferencia, quería ocultar lo mal que
estaba. Pero no lo consiguió ni por asomo. Y me arrepentí aún más si es posible
de haber tomado aquella decisión, de haberle partido el corazón a Gwendolyn. De
haberle mentido. Pero no había marcha atrás. No podía (y no debía) deshacer lo
que había hecho. Estaba tan dolida… Dios mío, creo que había empeorado las
cosas… Su mirada…
¾Gwen,
me gustaría explicarte... ¾quería
contarle lo de la profecía, quizá así lo entendería.
Pero no tuve tiempo, Gwen se volvió borrosa y un instante
después me encontraba en la Sala del Cronógrafo. Todas las miradas de los
presentes se clavaron en mi brazo. Algunos simplemente miraron horrorizados las
manchas de sangre, otros ahogaron un grito. El doctor White se acercó a mí,
decidido.
¾ No
es nada. Solo un corte minúsculo, apenas ha sangrado. No necesito una tirita ni
siquiera ¾dije
con la intención de tranquilizarle. De verdad que no era nada, no habían
logrado dañarme en serio¾ ¡Doctor White, puede guardar sus pinzas arteriales! ¡No ha pasado nada! ¾exclamé irritado cuando vi
que abría su maletín.
Como si no estuviese ya bastante confuso y estresado, no iba
a aguantar las tonterías de los miembros del Círculo Interior.
Fue entonces cuando me percaté de que Gwendolyn se encontraba
a mí lado de nuevo.
¾ ¿Gwendolyn?
Tenía la mirada perdida, estaba en su mundo. Y aquello me
preocupó, vaya que si me preocupó. Estaba aterrado. ¿No iría a hacer cualquier
tontería verdad? Gwendolyn no era así… ¿verdad?
Entonces Gwen parpadeó un par de veces. Mi dirigió una
rápida mirada y luego fijó sus ojos rojos e hinchados en la puerta.
¾
Estoy bien ¾dijo,
casi como un robot¾. Mister
George, ¿puede llevarme arriba, por favor? Tengo que irme a casa enseguida.
¾ Por
supuesto.
No. Aún no podía irse. No hasta que le contase lo de la
profecía, lo de mi encuentro con Paul. Debía saberlo. No podía marcharse…
Hice ademán de levantarme e ir tras ella. Pero el doctor
White me agarró firmemente el brazo. Cuando me volví para mirarlo, él negó con
la cabeza. Pero no podía irse. ¡No lo entendía! ¡Nadie podía entenderlo!
Gwendolyn debía saberlo. No podía… ¡Maldición! Dios sabe qué iba a hacer Gwendolyn.
¿Qué diablos estaba pensando en aquel momento? Necesitaba saberlo. Dios mío, me
sentía tan desesperado en aquel momento… Noté como un sudor frío me cubría la
frente.
¾
T-Tengo que hablar con Gwendolyn ¾balbuceé.
Le lancé una mirada a esta última, suplicándole. Todo mi orgullo se había
esfumado.
¾ De
verdad, no hace falta ¾dijo ella, sin dignarse a mírame¾. Sé todo lo que
necesito saber. Y ahora tengo que irme a casa.
Se dio la vuelta y cerró la puerta tras de sí. En ese
momento mi corazón dejó de latir.
<'3
ResponderEliminarMe encanta!! Muero lentamente ��
ResponderEliminar¡Me alegra saber que te gusta! :D
EliminarHola! He encontrado tu blog de casualidad, buscando criticas de los libros, ya que me los he leído los 3 esta semana, y me han encantado. Y tu blog ni te digo, es como si realmente formara parte de los libros!! Me he leido todos los capítulos sin descanso. Estoy segura que si alguna vez la autora sacara a la venta la versión de Gideon de la trilogía sería muy parecido a lo que nos presentas aquí :)
ResponderEliminarMe quedo deseando que empieces con Esmeralda, que es mi libro preferido de los 3, seguro que lo bordas!
Saludos de una nueva lectora fiel :D
Vaya, me siento muy halagada. Eso que has dicho es realmente bonito, hablo en serio.
EliminarMe alegra muchísimo saber que te gusta. Yo también estoy deseando empezar el tercer libro! Es el que más acción tiene y en el que Gideon tiene una explosión de sentimientos y pensamientos. Me va a encantar escribir su versión del tercer libro tanto como me gustó leerlo, o incluso más.
Por cierto, ¡Bienvenida!
Besoos ^^
Jajaja, me alegro de haberte hecho sentir bien! Solo dije lo que siento, de verdad :)
EliminarDeseandito estoy de leerlo! Con la de veces que Gwen le pone nervioso, o que tiene que contenerse, o que simplemente explota y suelta todo lo que siente, va a ser muy divertido ^_^ y encima ahora que han sacado nuevo trailer, no le puedo tener más ganas a todo lo que tenga que ver con Esmeralda!!
Gracias de nuevo por escribirlo :D
hahaha me alegra oír eso! Y, por favor, no me des las gracias, es todo un placer escribir y compartirlo con vosotros. Muchas gracias a ti por leerlo y apoyarlo :)
EliminarBuenos dias , me encanta y lo unico que te puedo decir con muchisima ansia es... Esmeralda para cuando?? queremos seguir leyendote!!!
ResponderEliminargracias por ahcerlo.
Pues muchísimas gracias :D
EliminarMe alegra saber eso ^^ Pues muy pronto ya hahaha
Intentaré hacerlo merecedor de la espera.
Y, por favor, soy yo quien debe darte las gracias a ti por leerme :3
Gracias por escribir esto!! Te sale hermoso!! Es tal como me iba imaginando lo que pensaba Gideon! Me sorprendió cuando le mintió yo de verdad pensaba que el Conde le había asignado enamorarla pero el ya tenia sentimientos por ella. Adoro como escribes!!! Me ayudaste a sacar aunque sea por un momento mi resaca literaria y mi ansiedad porque traduzcan la tercera película! Espero ansiosa que sigas escribiendo el tercero
ResponderEliminarTenía meses de no entrar a tu blog y en verdad que me encantaron estos ultimos capitulos... literalmente moria mientras los leia y sentia la emocion y coraje en cada parrafo.
ResponderEliminarEspero que pronto encuentres tiempo libre para comenzar con el ultimo libro
Por cierto, sabes de alguna pagina donde pueda ver la ultima pelicula? (Obviamente subtitulada, aunque sea al inglés)
Saludos :)
hola, realmente espero que vuelvas a publicar en tu blog, estoy muy ansiosa por leer la versión de Gideon de Esmeralda 0w0 estare esperando :*
ResponderEliminarHola, hace mucho que espero que escribas Esmeralda, ojala encuentres un tiempo para poder publicarlo, estoy impaciente por leerlo ;---;
ResponderEliminarQue ganas de que tengas tiempo de empezar con Esmeralda... Hace tiempo que lo estoy esperando.
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
hace más de dos años que espero Esmeralda, ojala vuelvas a publicar algún día
ResponderEliminarOjala tengas tiempo de escribir Esmeralda, es el que más curiosa estoy de saber la version de gideon. Me encanta como escribiste los otros dos.
ResponderEliminarNo vais a continuar con esmeralda?
ResponderEliminarRealmente ya no se si perder las esperanzas o seguir esperando que algún día vuelvas al blog y publiques el ultimo libro en la versión de Gideon u.u hasta entonces, adiós. Te deseo suerte en lo que sea que estés haciendo.
ResponderEliminar2019 y sigo esperando Esmeralda, SI es que has perdido la contraseña del blog y te creaste otro podrias avisar de algún modo u.u
ResponderEliminarPero realmente me gustaria leer el ultimo libro version Gideon