Zafiro: Capítulo 16 (parte 3)

¡Hola!
Cuánto tiempo viajer@s, ¡os he echado de menos! Siento tanto haberos tenido esperando todo este tiempo... Pero bueno, ahora ya he finalizado el curso y por tanto ya no hay más deberes ni exámenes que me distraigan de mis responsabilidades como blogger ;)
No compensa, pero he hecho este capítulo bastante más largo que los últimos, para que os sea más fácil perdonarme :)
Con este finaliza el episodio 16 y, a su vez, la estancia de Gideon y Gwenny en la soirée.
Os he dejado el enlace a la canción que interpreta Gideon (no es la real, es solo una canción que me gusta a mí, recordadlo) para que podáis escucharla mientras leéis.
Os quiero agradecer a todos aquellos que seguís el blog (70 personas, ¡muchas gracias!) y los que le han dado <<MeGusta>> a la página oficial de facebook del blog ^^ (663 personas, ¡casi alcanzamos los mil!) Y por supuesto a todos mis lectores, los nuevos y los viejos. Muchas gracias a todos por ser constantes y permanecer conmigo incluso cuando yo no puedo estar tan activa, en serio, os lo agradezco muchísimo y espero que sigamos así hasta el final, ¿vale? :3
Bueno, bueno. Que me pongo sentimental hahaha
Tengo muchas cosas que contaros pero no os voy a entretener más.
Disfrutad y no dudéis en comentar ;D

P.D: Muchos habéis estado preguntando por la película de Zafiro con subtitulos en español. No se ha podido volver a subirla a youtube. Erena nos proporcionó a todos un link donde se ve perfectamente la película subtitulada al español. Cada vez que me preguntabais os lo daba en un comentario, pero os informo de que, he intentado entrar de nuevo hoy y la han eliminado :( Intentaré encontrar alguna otra, y si no pues... nos tendremos que conformar con las pelis que circulan ahora mismo por Internet (ya sean sin subtitulos o con subtitulos a un idioma que no entendemos), lo siento viajer@s, pero las medidas de seguridad últimamente son muy estrictas.

***

¿Quién? ¿Yo? ¿Qué yo toqué esa obra de arte tan valiosa delante de tanto personal? Ni hablar. No. No puedo. De ninguna manera.

¾No puedo aceptar su oferta, Mylord ¾traté de rechazar su oferta lo más educadamente posible.

¾ ¡Por favor! ¾Insistió el Conde, acompañando sus palabras con una mirada de suplica. Aun que en algún rincón oculto podía percibir un matiz de orden.

No sé si me lo había imaginado o realmente era así. De todos modos, no quise arriesgarme y acabé aceptando su… “Petición”

Cogí con cuidado el Stradivarius y me encaminé hacia el escenario con decisión.

Ya lo habían hecho miles de veces.  Había tocado en recitales con muchos más espectadores que esta vez, además ¿qué importa lo que opine toda esta gente? Pero, si llevan más de 200 años criando malvas. Probablemente, el cementerio dónde fueron enterrados, fue reemplazado por algún rascacielos hace tiempo.

Una vez encima del escenario me posicioné y comencé a tocar la primera melodía que se me pasó por la cabeza: Grandpa’s Violin por Yuki Kajiura. Pertenece a la Banda Sonora Oficial de una serie Anime: .hack//Liminality.

No quería tocar la típica melodía compuesta por Mozart o por Bach. Quería tocar algo de lo cual estuviera seguro de que nadie en la sala conocía, incluyendo a Gwendolyn. Dudo que sea una Otaku así que esta melodía es perfecta. Sumándole, claro está, que es una canción preciosa que transporta tu mente a la estratósfera.

El parloteo del público cesó y estos ahogaron sus aplausos en cuanto comencé a jugar con las notas de la canción escogida.

Tras varios minutos, finalmente puse fin a mi actuación y el público tardo medio minuto en reaccionar antes de aplaudir a mi interpretación.

Me incliné como es típico para saludar y agradecer al público por su atención y me dispuse a bajar del escenario. El público vitoreaba y pedía un bis, pero pude zafarme de él, ya que yo solo era un invitado y ese magnífico Stradivarius no me pertenecía a mí. No podía abusar de la amabilidad de su dueño.

Esa excusa (aun que en realidad era muy cierta) funcionó de maravilla.

Antes incluso de llegar a tocar el suelo, lady Lavinia vino corriendo para ser la primera en darme la enhorabuena y felicitarme por mi magnífica actuación. Yo le di las gracias y acepté su abrazo. Al ver que me disponía a volver con Gwendolyn se cogió de mi brazo y me sonrió tratando de decir que me acompañaba.

Así pues, los dos nos dirigimos de nuevo hacía el sofá dónde Gwen y el Conde se encontraban sentados.

¾ ¿No ha estado magnífico? ¾comenzó a elogiar me lady Lavinia¾. Aunque cuando he visto estas manos, he sabido al instante que eran capaces de hacer cosas extraordinarias.

¿Qué…? Espero que se esté refiriendo única y exclusivamente al violín. No puede ser que en esta época la mente humana ya fuera tan sucia… ¿verdad?

¾ Apuesto a que sí ¾murmuró Gwendolyn desviando la vista. ¿Habría pensado ella lo mismo que yo? Maldición. Las palabras de lady Lavinia se podían interpretar de mil y una maneras diferentes. Espero que Gwendolyn no estuviera pensando lo que no era.

¾ Un maravilloso instrumentos, marquis ¾me apresuré en cambiar de tema, ofreciéndole de nuevo el violín al Conde.

Pero este no quiso tenerlo de vuelta, en su lugar me lo ofreció a mí como regalo.

Dios mío, eso era un Stradivarius y el Conde me lo estaba regalando.

Qué pasada.

En ese momento, la bocazas de lady Lavinia pregunto algo que debería haberse llevado consigo a la tumba.

<< ¿Sois tan musical como vuestro hermano adoptivo, miss Gray?>>. Con esas palabras tan inocentes, lady Lavinia acaba de preparar la mecha que hará estallar la bomba. Solo espero que Gwendolyn sea inteligente y responda que no.

Pero eso era demasiado desear.

<<Solo me gusta cantar>>respondió en lugar de un no rotundo. Eso sin duda fue el detonante de la bomba.

Pese a mis miradas de advertencia y mis esfuerzos (en vano) de que Gwendolyn y lady Lavinia se olvidaran de la idea, Gwendolyn se subió al escenario dispuesta a cantar. Y lo peor de todo es que yo también me dejé arrastrar. Imagínate, acabé convirtiéndome en el pianista personal de Gwendolyn. ¿Cómo acabé haciendo eso? Aún me lo pregunto.

Pasó así: Yo seguía insistiéndole a Gwendolyn en que no podía, no debía hacer eso. Aún así ella se subió al escenario. En ese momento apareció el pesado de mister Merchant preguntándole a Gwendolyn si necesitaba un acompañamiento competente.

Ahí fue donde perdí el control de la situación (si alguna vez lo había tenido). ¿Qué se creía ese Merchant? Yo podía hacerlo mucho mejor que él. Gwen necesita un nivel superior que ese tipo no tenía. Sin lugar a dudas sería yo quien acompañara a Gwendolyn.

Y sin darme cuenta, ya estaba sentado en el taburete de la espineta. Intenté una última vez convencerla de que no lo hiciera, pero esa chica realmente era terca.

Apoyé la frente en la palma de mis manos mientras gimoteaba, lamentándome de mi suerte.

En ese estado, escuché a Gwendolyn decir que iba a cantar Memory de Cats. Genial. Ahora sí que había perdido completamente la cabeza.

Comenzó a cantar a capella dado que nadie en la sala (aparte de servidor) conocía de esa canción.

He de decir que me quedé hipnotizado ante su voz angelical. ¿Quién iba a decir que Gwendolyn podía… ocultar una voz así? Mis dedos comenzaron a tener consciencia propia y dejaron de obedecer a mi paralizado cerebro. Comenzaron a moverse por sí solos y se deslizaron cómodamente por las teclas, acompañando melódicamente la cristalina voz de Gwen.

Todos en la sala aguantaron la respiración, incluso yo. Mi corazón palpitaba irregularmente dentro de mi pecho.

Gwen realmente era genial. No hay palabras para describir ese momento, su voz. Era algo inhumano.

Cuando acabó la canción, Gwen se acercó a mí y me dijo sonriendo ampliamente:

¾ ¡Gracias! ¡Ha sido todo un detalle por tu parte! ¾realmente parecía contenta. Solo ¿Cuánto alcohol habrá bebido esta mujer?¾ ¡Y tocas tan, tan bien!

Mucho. Demasiado. Gwendolyn nunca me diría esas cosas si no estuviera como una cuba.

Todo esto era demasiado para mí. No tengo tanto aguante. Creo que estaba a punto de darme un Ictus. Apoyé la cabeza en la mano de nuevo. ¿En serio acababa de…? Puede que hubiera inhalado sin querer algo de alcohol.

Ese ponche… Maldita sea.

Todos se acercaron a felicitar a Gwendolyn. Gwendolyn cada vez tenía menos espacio vital y menos oportunidades de respirar oxigeno. Al menos uno no contaminado por sobredosis del ponche “especial” de lady Brompton.

Cogí el brazo de Gwendolyn y me lo coloqué por encima de los hombros, para poder arrastrarla lejos de allí.

¾¿Se puede saber cuánto has bebido?

¾ Unos vasitos.

Respondió ella, quitándole importancia con un gesto de la mano.

Qué convincente.

¾ Te juro que te mataré cuando hayamos acabado con todo esto ¾le aseguré, en voz baja. Le sujete por la cintura firmemente para que no se derrumbara en el suelo.

Finalmente lord Alastair se dignó a aparecer por el lugar.

Intenté sonreír, pero todo lo que me salió fue una sonrisa de asco absoluto. Lo volví a intentar y esta vez me salió un poquito mejor. Pero seguía pareciendo forzada.

Noté como Gwendolyn se removía bajo mi brazo. Le lancé una mirada fugaz para comprobar si se había desmayado o algo así. Pero estaba totalmente consciente. Borracha, pero consciente. Lo que si pude apreciar en su rostro era temor y confusión.

Seguro que ahora estaba en la fase dónde veía alucinaciones por la lata cantidad de alcohol que circulaba por sus venas, así que desvíe mi atención de ella y me volví a concentrar en lord Alastair y en el Conde.

Gwendolyn se apoyó más sobre mí. Seguro que no podía ni mantener sus piernas rectas. Me sentí algo abochornado, pero eso fue solo una fracción de segundo. Enseguida me repuse y actué como si nada. Tan solo era Gwen, totalmente indefensa, confiando en mí mientras yo le sujetaba y ella se apoyaba en mí aceptando mi ayuda. Nada de nada. En absoluto.

Dejé de pensar en ello y volví a centrar toda mi atención en lo que estaban diciendo los dos hombres que tenía justo en frente.

De repente Gwendolyn se metió en medio de la conversación tan intensa y profunda que estábamos teniendo. Pero no se dirigía a ninguno de nosotros. Estaba hablando con… ¿la nada? ¿A quién demonios estaba mirando Gwendolyn? ¿Estaba hablando sola? Hasta ese nivel estaba bebida.

¾ ¿Con quién demonios estás hablando? ¾le susurré irritado.

¾ Con ese de ahí ¾contestó muy segura de sí misma, acercándose más a mí y señalando al vacío.

La he perdido. He perdido a Gwendolyn. Mierda, teníamos que salir de ahí cuanto antes.

Le apreté el antebrazo tratando de… ¿qué? ¿Hacerla reaccionar?

¾ Ha bebido tanto ponche que me temo que está delirando ¾traté de excusar el comportamiento de Gwendolyn¾. ¡Cierra el pico! ¾dije esta vez susurrando, dirigiéndome a Gwendolyn.

Pareció entender lo que estaba pasando porque en su cara se dibujó una mezcla de culpabilidad y vergüenza.

Pero Gwendolyn parecía estar asustada. Sus manos me apretaban la levita que llevaba puesta.

No estaba en condiciones para permanecer mucho más tiempo allí. Y su condición iría empeorando cuanto más tiempo nos quedáramos aquí haciendo el tonto. Es una… Maldita sea.

Con la ayuda del Conde conseguimos excusar nuestra repentina partida. Gwendolyn y yo nos despedimos de este último y salimos de la pequeña soirée.

Le esperaba una muy buena bronca a nuestra pequeña Penélope Gray.