Lo siento, viajer@s. Sé que he tardado mucho pero es que siempre me están mandando algo.
Si no es un trabajo, es un comentario de texto y si no un resumen. Sumándole los exámenes -.-
Pero bueno, aquí está.
Tampoco lo he hecho muy largo, me disculpo por ello. Hoy estaba falta de inspiración y de ganas... Muchos os vais a reír pero estoy segura de que alguien por ahí me entiende... Resulta que me he viciado a un grupo coreano-mandarín (EXO) y esta misma tarde me he enterado de que hace tres semanas algunos de los componentes del grupo estuvieron paseándose tranquilamente por Barcelona (más específicamente el Paseo de Gracia) y me ha dado mucha rabia porque me he enterado demasiado tarde y porque hace poco estuve justo en ese lugar...
Chic@s, de verdad no os imagináis como me odio a mí misma ahora mismo -.-"
Pero bueno, he hecho el esfuerzo y me he puesto a escribir, aprovechando que la escena tampoco es muy alegre (mira, eso que me ha salvado).
Bueno, basta de charla. Aquí os dejo el 12.
Disfrutad y no dudéis en comentar ;D
¾ ¿Qué
son estas horas? ¡Imperdonable! ¾Exclamó
madame Rossini. Aún no logro entender cómo consigue no ahogarse. Y aún entiendo
menos como conseguía no reírme.
¾ Ya
he dicho que lo siento, ahora ¿puede darse más prisa madame Rossini? Tengo algo
muy importante que hacer ¾Dije
mientras levantaba los brazos para facilitarle el acceso a mi cintura. Estaba tomándome
medidas incluso de las pestañas. Suspiré cuando me lanzó una mirada cargada de
reproche.
¾ No
quieras que me apresure, el arte requiere su tiempo.
¾ Lo
que sea… ¾Murmuré
mientras miraba hacia otro lado.
Tal y como dijo, se tomó su tiempo para acabar de tomarme
medidas y me obligaba a ponerme ese traje cursi mientras lo retocaba para que,
cito textualmente, me quedágá comó un
guhanté.
Me irritaba ese acento.
Salí volando del taller arrastrando conmigo un apresurado
adiós y me dirigí hacia la sala del Cronógrafo.
¾ Ya
he acabado. Pueden enviarme ahora ¾Comencé
a decir mucho antes de acabar de abrir la puerta por completo. Mister Whitman,
que parecía estar hablando con mister George, me miró sorprendido. Mister
George simplemente me miraba (aún con recelo). Probablemente ya se esperaba
cualquier cosa de mí.
Caminé hacia mister Whitman y le tendí una mano. Conduje mis
ojos hacia el cronógrafo y, por si no fuera suficiente, asentí hacia él con la
cabeza.
Mister Whitman sacudió la cabeza casi de forma imperceptible
y chasqueó la lengua mientras cogía el dichoso aparato.
¾
Gideon, deberíamos hablar de… ¾Empezó.
Pero no tenía tiempo para trivialidades. Rodé los ojos y me apresuré en decir:
¾
Luego, ahora mándeme rápidamente con Gwendolyn. Seguro que está llorando
asustada porque ha visto una rata.
¾ Por
el amor de Dios, allí no hay… ¾Dejó
de hablar en cuento posó sus ojos en los míos y leyó la irritación en ellos.
Volvió a sacudir la cabeza, esta vez sin preocuparse en
esconder lo decepcionado que estaba conmigo y me pinchó como siempre en un dedo
con el cronógrafo.
Enseguida noté el hormigueo en el estomago y todo a mi
alrededor comenzó a verse borroso para luego mostrarme una nítida imagen del sótano.
Y de Gwendolyn sentada en ese maldito sofá. Fue rápida, pero no lo bastante
como para evitar que escuchara las ultimas notas de una canción que parecía ser
de Abba. Me miró, con una mezcla extraña en sus ojos de sorpresa e irritación.
Y también de expectación.
¾ ¿Por
qué llegas tan tarde? ¾Vaya.
Era la segunda vez en el mismo día que me echaban en cara mi falta de puntualidad.
¾ Ya
me imagino que la espera se te habrá hecho larga ¾Respondí,
acompañando a mis palabras con una mirada enormemente fría. No iba a perder ni
un segundo analizando mis condenados sentimientos.
Me dirigí hacía la puerta en dos zancadas y comprobé si
estaba bien cerrada con llave. Efectivamente, la Rubí era inteligente después
de todo. No. Siempre lo ha sido. Y mucho. Pese a que estaba realmente cabreado
y decepcionado con ella no iba a negar ese hecho.
¾
Bueno, al menos has sido lo suficientemente inteligente como para no salir de
la habitación. No podías saber cuándo aterrizaría aquí.
¾ Ja, ja ¾Dijo
ella, igualmente fría. Vaya, vaya. Sabía hacer algo más que palidecer y callar¾. ¿Es una broma?
¾
Puedes ahorrarte esos aires de inocencia conmigo, Gwendolyn.
Me crucé de brazos y descansé mi espalda contra la puerta.
Le volví a lanzar una mirada helada mientras esperaba aún no sé bien el qué.
Esta vez su muro protector pareció derrumbarse y se le cayó la máscara. Ahora
en su rostro se podía apreciar el dolor y la desconfianza.
¾ ¿Por
qué… ¾Comenzó a decir, pero se
le rompió la voz y a mí el corazón, aun que luchaba por contener ese sentimiento
dentro de mí y no exponerlo¾
… por qué eres tan desagradable conmigo?
Tragué saliva, pesando que así me tragaría también la
angustia que sentía en ese momento. Todo aquello era una mierda.
Me recompuse con rapidez y comenzó el interrogatorio. Quería
averiguar dónde estaba la llave que mister George le había pasado para visitar
a su “yo” más joven en esta época, y quería saber porqué se estaban reuniendo.
¿Qué tramaban? Eso también quería saberlo.
¿Qué puede proporcionarle el mister George joven que no
pueda el mister George actual, con todos sus años de experiencia?
No olvidé de mencionar a Violet Purpleplum. Mientras buscaba
información sobre mister George y los actos que fueron dignos de nombrar en los
Anales ese año encontré el nombre de Violet. Pregunté a Charlotte por ella
antes de que ella y mi hermano se fueran al cine.
Resultaba ser una amiga de la familia de Gwendolyn y dudaba
que aquello fuera una mera casualidad. Así que le pregunté por ella también.
En los ojos de Gwendolyn abundaba cada vez más el miedo.
Odiaba que me tuviera miedo, pero debía hacerlo porque perfectamente podría
estar engañándonos a todos y tramando seguir los mismos pasos que su prima
Lucy.
Lucy.
Vaya no había pensado en ese detalle tan tontamente
importante. Si Gwendolyn había estado reuniéndose con alguien… Podría haber
hablado con esos dos también y haber planeado la emboscada donde casi me matan.
Sencillamente podría haber sido todo una actuación, incluso cuando me salvó…
Dios, la furia me invadía el cuerpo entero en segundos. No.
En milésimas de segundo.
Justo en el momento en el que creía que iba a explotar de la
ira la bombilla, que llevaba un rato luchando por mantenerse encendida, cedió y
dejó de brillar.
Encendí mi linterna y me acerqué un paso más a Gwendolyn,
que seguía muy quieta frente al sofá. Al oírme, Gwendolyn retrocedió hasta
chocar contra la pared. Y entonces pareció reventar.
¾ ¿Se
puede saber qué te pasa? ¾Espetó,
realmente frustrada¾ ¡No
te he hecho nada en absoluto! No entiendo cómo puedes besarme un día y odiarme
al siguiente. ¿Por qué?
¾Tal
vez porqué no me gusta que me engañen ¾Respondí
acercándome más a ella.
Entonces, por primera vez le mencioné su aparición en el
túnel el otro día. Ella parecía perpleja. Cabía la posibilidad de que esa
Gwendolyn aun no hubiera viajado, sino que hubiera sido su yo del futuro. Pero
seguía siendo ella.
Ella por supuesto insistía en que no era cierto, que ella no
había hecho tal cosa y que jamás podría hacerlo. Cosa que me costaba poner en
duda.
¾Si
realmente es cierto eso que dices, ¿por qué le dices a todo el mundo que no
vistes a quien te golpeó?
¾ Pues
porqué es verdad. No vi quien era.
¾ Pero
¿por qué tampoco me mencionaste a mí?
¾
Porque hace tiempo que… ¾Me
paré en seco al analizar la voz de Gwendolyn. Era irregular y respiraba con
dificultad. Como…¾
¿Estás llorando?
La apunté con mi linterna y ella cerró los ojos con fuerza,
deslumbrada. Tenía las pestañas húmedas y su cara estaba plagada de churretes
rojos y negros.
¾
Gwendolyn… ¾Apagué
la linterna mientras notaba como toda la furia que había sentido hace un momento
se disipaba y aparecía lo que llevaba tanto tiempo oculto ene l fondo de mi
corazón. El dolor y la desesperación.
¾Apártate
¾Dijo enfadada. No pudo
evitar soltar un sollozo.
Mis ojos se adaptaron a la oscuridad y pude ver como
apretaba los puños y mantenía los ojos cerrados con fuerza mientras las lágrimas
seguían recorriéndole la mejilla. Era un
hecho que no podría volver a actuar tan fría y cruelmente como lo había estado
haciendo todo este tiempo. Y que no me perdonaría jamás por ello, también.
Lo que pasó a continuación no lo controlaba yo, fue más bien
un acto reflejo. De repente mi mano se podó en su mejilla, queriendo limpiarle
las lágrimas saladas y deseando consolarla. Pero volví en mí cuando ella se
estremeció y me apresuré en apartar la mano.
¾ Lo
siento ¾Dije
en un susurro, como si temiera que con mi voz Gwendolyn se rompiera¾. Gwen, yo…
Me sorprendió mi propia voz. Sonaba como si estuviera perdido
y confuso, sin saber qué hacer. Que de hecho era así, pero no quería que ella
lo supiera. Y también me sorprendió el no usar su nombre completo, como si no
hubiera pasado nada y fuéramos las personas más cercanas en la faz de la
tierra.
Gwendolyn aprovechó la oportunidad para aclarármelo todo. No
era a mister George a quien veía, sino a su abuelo, quien había muerto y al que
ella quería muchísimo. Fue una alegría verlo porque lo echaba muchísimo de
menos.
Pero había algo en toda aquella historia que no me tragaba.
El argumento de que su abuelo buscaba el vino por casualidad mientras ella aparecía para
elapsar es surreal.
Era imposible. Sabía que Gwendolyn me estaba cortando la
verdad y que era con su abuelo con quien se encontraba, pero dudo que fuera por
casualidad.
El caso sigue abierto.
Maldito Gideon.......que te pasa eh?
ResponderEliminarAun te amo
Hahaha :')
EliminarSe hace odioso pero ya verás, en el próximo capítulo querrás comértelo a besos ;D
¿Cuando subiráis el siguiente?
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo
¡Gracias!
EliminarEn cuanto tenga un poquito de tiempo libre me pongo a ello. Pero vamos que alrededor de el viernes y el sábado es cuando suelo subirlos con seguridad :)
Besoooos
esta genial me a encantado, pobrecillo esta confundido. gracias como siempre te superaste a ti misma. esperamos el siguiente.
ResponderEliminarAww :3
EliminarQue cosas me decís :$
¡Muchas gracias! Y yo estoy deseando ponerme a escribir ^^
Besoooos