Zafiro: Capítulo 4 (parte 1)

Bueno, siento la tardanza, tengo un proyecto entre manos y me cuesta organizarme el tiempo. Me he sentido algo estresada ya que quiero y debo hacer muchas cosas pero no me da tiempo de hacerlas todas a la vez. Intentaré subir la segunda parte lo más pronto posible, pero no prometo que sea mañana ni pasado. Recordad que podéis dejar sugerencias para la playlist y el proyecto Top Canciones. Disfrutad y no dudéis en comentar :D

No me había sonado el despertador, así que ya ni me molesté en arreglarme para ir a la universidad. A este paso no me sacaré la carrera pero ¿Que importa? Me puse boca arriba en la cama y miré fijamente el techo levemente iluminado por un chorro de luz débil. No debía ser muy tarde, casi parecía que eran las nueve de la mañana. Me levanté sin muchas ganas de la cama y me estiré para desperezarme. Dentro de poco vendrían a por mí y volvería a estar sin ver la luz del sol un buen rato.

Para desayunar solo me comí un tazón de cereales. No me quedaba leche así que me los comí directamente de la caja para ahorrarme tener que limpiar luego.

Me quedaba aproximadamente media hora para irme así que me metí en la ducha. Abrí la llave del agua y dejé que me cayera encima con presión el chorro de agua fría. Apoyé la cabeza en la pared y me quedé así un buen rato. Hoy he podido descansar completamente después de un buen tiempo.

Me vestí y salí por la puerta donde ya veía el tan familiar coche negro. Cerré con llave y me monté en el coche.

¾     ¡Gideon! Bienvenido, ¿Cómo estás? ¾Me preguntó mister George, gravemente preocupado. Aún seguía con lo de ayer metido en la cabeza.

¾     Perfectamente, mister George, gracias por preguntar ¾Dije intentando no sonar cansado.

¾     Bien, en ese caso, acompáñame a la Sala del dragón ¾Contesta, más relajado.

Le sigo hasta la Sala del dragón, donde mi tío Falk y el doctor White están esperando.

¾     Vaya Gideon, sigues con nosotros ¾Comentó mi tío Falk con un tono que me conocía muy bien¾. No has tenido saltos incontrolados en el tiempo como puedo comprobar, ¿no es así?

¾     Sí. ¾Contesté lo más dignamente posible.¾ De hecho he dormido de maravilla, gracias por interesarte tío Falk ¾Añadí, lanzándole una sonrisa victoriosa.

¾     No cantes victoria. ¾Dijo mi tío Falk, cortante. Había conseguido sacarle de sus casillas.¾ Lo que hiciste ayer estuvo muy mal, Gideon. Totalmente irresponsable por tu parte, me has decepcionado muchísimo. No te creía capaz de huir de todo como vimos ayer, incluso huyendo de cosas que se hacen por tu bien. ¾Me sermoneó, muy enfadado conmigo.¾¡Po que sabes perfectamente que todo esto es por tu bien!

¾     ¿El qué es por mi bien, tío Falk? ¾Le exigí saber, gritando.¾ ¿Perder tantas clases por culpa de este estúpido gen, que tanto decís que es un milagro y que tengo tanta suerte por tener, que lo más posible es que no pueda sacarme la carrera de medicina y que tenga que volver a repetir todo este semestre una y otra vez porque no puedo estar en una clase sin estar seguro de si voy a desaparecer de un momento a otro? ¡Porque no creo que eso sea exactamente por mi bien! ¾Terminé gritando tanto que creí que me iba a quedar afónico. Me costaba respirar de la furia acumulada en un solo momento y notaba mis mejillas arder. Me aclaré la garganta y me alisé la camiseta para disimular mi vergüenza.

¾     Mister George, haga el favor de llevar a Gideon a la sala del cronógrafo. Y explíquele por el camino su misión. ¾Dijo mi tío Falk levantándose de su asiento. Pude notar algo de tristeza y decepción en su tono. Creo que  había conseguido herir sus sentimientos. No pedí disculpas, más que nada por este maldito orgullo que tengo en los genes… Pero si que fui capaz de seguir a mi tío con la mirada mientras pasaba por mi lado sin dirigirme ni siquiera una mirada severa y se dirigía hacia la puerta para después cerrarla tras él.

El doctor White me miraba negando con la cabeza y diciéndome con la mirada <<ya te vale, muchacho. >> Mister George se limpiaba la cabeza con un pañuelo y miraba preocupantemente hacía el exterior de la ventana de la sala.

¾     Bueno, ¿va a decirme que debo hacer, mister George? ¾Traté de romper ese silencio tan incómodo. Mister George me dirigió una mirada triste y asintió levemente. Y me hizo un gesto para que le acompañara.

Mientras caminábamos hasta la sala del cronógrafo, mister George me dijo que debía ir a hablar con el conde y ponerle al corriente de todo lo que había sucedido hasta ahora, además de traer las noticias que él deba de proporcionarnos. Me ha dado una carta como siempre, escrita por él mismo, que debía entregarle al conde. Y supuestamente él debía darme otra a mí. Siempre era lo mismo. No es que me desagradara la compañía del conde, era un hombre bastante agradable. Pero su compañero me ponía los pelos de punta. Ese tipo era realmente raro.

Meto el dedo en el cronógrafo y todo se vuelve borroso a mí alrededor. Estoy en el sótano de Temple del pasado. Cojo la antorcha que se encuentra en el mismo lugar de siempre (que se encuentra ya encendida) y salgo al pasillo.

Al llegar a la Sala donde se encuentra el conde dos soldados me piden la contraseña y yo les contesto <<Aequam memento rebus in arduis servare mentem>>. Que significa: Recuerda conservar la mente serena en los momentos difíciles.

¾     Bienvenido, muchacho ¾Exclamó el conde al verme, entusiasmado, mientras se acerca a mí y me da unas palmaditas en el hombro¾. ¿Traes noticias para mí?

Yo asiento y procedo a explicárselo todo mientras le doy la carta de mister George. El asiente ligeramente mientras yo le estoy explicando lo sucedido.

¾     Así que Lucy y Paul os tendieron una trampa pero  pudisteis escapar sin ningún inconveniente ¿cierto? ¾Preguntó el conde pensativo. Yo asentí¾ Y ¿cómo lograron saber que iríais a visitar a lady Tilney?

¾     Es algo que aún no sabemos. ¾Respondí yo, francamente.

¾     Yo creo que si lo sabemos. ¾Dijo el conde sonriendo de forma transparente. Y creo que sé a lo que se refiere perfectamente.

Gwendolyn.