¡Maldita sea! No puede ser, no me puedo desvanecer ahora, no
debería de haber pasado se supone que el cronógrafo sirve para que no des
saltos incontrolados en el tiempo, pero esto es sin duda... ¡Inexplicable! Debo
salir de aquí cuanto antes.
-Mister Tilman no me encuentro muy bien- Le digo empezando a
levantarme del sitio con las manos en el estomago.
Me mira de arriba abajo, investigándome, y entrecierra los
ojos. ¡No me cree! Pues se va a fastidiar, porque voy a salir con o sin su
permiso. Salgo disparado hacia la puerta esquivando su brazo con agilidad y me
abalanzo sobre el picaporte y salgo corriendo por el pasillo, oyendo los gritos
de mister Tilman en el fondo del pasillo. No me da tiempo a meterme en uno de
los lavabos cuando ya he saltado. Estoy en lo que es la universidad en la
antigüedad, los lavabos siguen siendo lavabos pero, como no, los pasillos han cambiado,
todo ha cambiado, parece una vieja fábrica. Nunca antes había saltado estando
en clase, así que todo esto es nuevo para mí, pero supongo que el método es el
mismo, además la estructura de los pasillos no ha cambiado, así que me puedo
orientar bien. Cuando logro salir de lo que se supondría que es el vestíbulo lo
primero que hago es buscar un sitio donde esconderme. Mi tío Falk me dijo que
me tengo que esconder si pasa esto, ya que la gente se sorprendería porque mi
ropa no es de época, aunque no es que las ropas que llevan en estas épocas sean
realmente bonitas, originales en todo caso. Finalmente logro encontrar un buen
escondite, como era de esperar. En el almacén de la fábrica hay un armario pequeño,
que técnicamente es el armario del material del gimnasio, siempre está abierto
y no hay clase en el, hoy así que es perfecto para la ocasión. No sé cuánto tiempo estoy allí hasta que
vuelvo a saltar en el tiempo, salgo con cuidado, por si acaso hay alguien.
Nunca se sabe. No. No hay nadie. Salgo tranquilo, pero no tengo intención de
volver a la clase de mister Tilman, por dos razones: Paso de pasar el resto de
la media hora que queda con ese hombre, y, porque esto que ha pasado, no debería
de haber ocurrido. Salgo corriendo fuera del edificio, cojo el móvil y llamo a
mi tío Falk, a quien le explico todo lo ocurrido, me mandan la ya muy vista
limusina negra y me llevan Temple.
-Pero… Es imposible, se supone que el cronógrafo impide los
saltos incontrolados en el tiempo-Dijo preocupadamente mister George.
-Pero ha pasado Thomas-Le aclaró el doctor White- Ha tenido
que haber algún fallo.
-¡Pero ese es el problema! Que no debería de haber habido ningún
fallo, Jake-Dijo mi tío Falk- El cronógrafo no puede fallar, debe de haber sido
otra cosa.
-Lo dudo, tío Falk, ha tenido que ser el cronógrafo- Dije-
No hay muchas otras opciones ¿Sabes?
Mi tío me lanzó una mirada severa, me había aclarado antes
de llegar a la sala del dragón que no me metiera en la conversación, cosa que había
hecho, pero estoy arto de que me controle todo el tiempo, ya no soy un crío al
que tienes que coger de la mano para cruzar la calle, tengo casi diecinueve
años.
-En todo caso, has hecho bien, Gideon- Me dijo finalmente mi
tío- Te felicito.
Puse los ojos en blanco, no está mal que te animen, pero
esto ya me ha pasado más veces, me han estado inculcando diez años lo que debía
de hacer si me pasaba. Justo en ese momento entran Charlotte y su madre,
Glenda, la cual tiene dibujada en su rostro una radiante sonrisa, Charlotte también parece contenta.
-Charlotte está teniendo los síntomas, tiene mareos
continuamente y le duele la cabeza-Dijo animada Glenda- ¡Podría pasar en
cualquier momento!
-¿En serio?- Dije yo sonriendo.
-Sí, he tenido dolores de cabeza y vértigos- Me contesto
Charlotte.
Mister George y mi tío Falk se levantaron rápidamente de su
silla y se pusieron a hablar con Glenda, Charlotte se me acercó.
-¿Y tú qué haces aquí?-Me pregunto sonriendo- ¿No deberías
estar en la facultad?
-Sí, pero he saltado, inexplicablemente, así que he venido
antes.
-¡Vaya! Qué raro ¿No?
Asentí, y cuando me disponía a contarle todo lo que hemos
hablado mi tío Falk se aclaro la garganta para llamarnos la atención.
-Charlotte se quedara aquí unos días hasta que salte en el
tiempo, para mayor seguridad.
Glenda asintió satisfecha, vaya quedarse aquí hasta que
salte…, espero que sea pronto porque si no se va a aburrir.
-Gideon, ven conmigo, por favor- Me dijo mister George, enarqué
una ceja, interrogante- Debemos mandarte a elapsar.
Oh, claro, se me olvidaba. Le sigo y vamos a la sala del
cronógrafo, donde me pincha en el índice y la sala se llena de una luz blanca,
como siempre, y aterrizo en la misma sala, en el año 1953, o eso creo, la
verdad es que no me he molestado en mirar el año, siempre me mandan al mismo.
Paso dos horas aburridísimas, escuchando música en mi Ipod, cuando
empieza notar de nuevo el vértigo me
incorporo y me pongo en un lugar donde aterrizare seguro. Y vuelvo a aparecer
en la sala del cronógrafo. Dado lo que ocurrió, yo también debo de estar metido
dos días en Temple pos si acaso vuelve a ocurrir, creo que deberé de dejar la
universidad este trimestre, no puedo seguir así.
En uno de mis saltos elapsando, al regresar no hay nadie esperándome,
cosa que es extraña, ya que siempre vigilaban la sala por si acaso entraban en
la sala y me atacaban, aunque yo siempre me sabía la contraseña por precaución.
Volviendo hacia la sala del dragón en busca de una explicación
por parte de mi tío, girando en una esquina, me tropiezo con mister George, que
no iba solo.
-¡Cuidado!
-Mister George-Dije, en forma de saludo.
¿Quién era aquella
chica que iba con él?
OMG!! quien es? no me dejeis intrigada ¬¬
ResponderEliminarjajaja sorry!!! deberas esperar a mañana pero trankila k estoy en ello jajaja ;)
EliminarOjosdeVilliers (Judit)